Un grupo de gobernadores expresó este martes su desconfianza hacia la “mesa de diálogo federal” anunciada por el presidente Javier Milei, luego de la caída electoral en la provincia de Buenos Aires. Criticaron que no hubo una convocatoria formal y que las relaciones con Nación llevan años marcadas por promesas incumplidas y falta de reciprocidad.
El gobernador salteño Gustavo Sáenz fue muy explícito y sostuvo:
“No son leones, son palomas de iglesia, porque cagan a los fieles. A mí me cagaron con obras y me cagaron en lo electoral, con candidatos que me destrozan”.
En paralelo, el bloque Provincias Unidas —integrado por Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Chubut, Jujuy y Santa Cruz— está organizando una muestra colectiva de poder. El encuentro será el viernes en la Sociedad Rural de Río Cuarto, liderado por el anfitrión Martín Llaryora, junto a Maximiliano Pullaro, Gustavo Valdés, Ignacio Torres, Carlos Sadir y Claudio Vidal.
Este gesto llega como respuesta al anuncio del vocero presidencial, Manuel Adorni, que oficializó la creación de dos mesas de trabajo: una política con funcionarios nacionales y una de diálogo federal para los mandatarios provinciales, que sin embargo todavía no se reunieron formalmente.
La realización de esta cumbre refleja el fuerte malestar de los gobernadores ante lo que perciben como un acto propagandístico carente de sustancia real, en un contexto difícil para el Gobierno, que suma derrotas legislativas y enfrenta tensiones internas