El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó sus previsiones económicas globales y, si bien mantuvo una visión relativamente optimista sobre el crecimiento mundial, alertó que la Argentina enfrentará una contracción del 3,5% en 2024, producto del ajuste fiscal y el freno en la actividad económica.
Según el informe de Perspectivas Económicas Mundiales publicado este martes, el organismo estima que el Producto Bruto Interno (PBI) mundial crecerá 3,2% en 2024 y 2025. Esta previsión refleja una economía global que se mantiene resiliente, impulsada principalmente por el consumo privado y la recuperación gradual del comercio.
Sin embargo, para América Latina y el Caribe, el FMI redujo levemente su pronóstico, proyectando un crecimiento del 1,7% en 2024, una décima menos que en abril. En ese contexto regional, la Argentina se destaca negativamente: será el único país de peso en Sudamérica que cerrará el año con una caída del PBI. Recién en 2025 se espera un rebote técnico de 5%, aunque condicionado a la estabilidad macroeconómica.
El ajuste fiscal y monetario que impulsa el gobierno de Javier Milei es uno de los principales factores detrás de la contracción estimada. A pesar de los esfuerzos por controlar la inflación y estabilizar las cuentas públicas, el FMI señala que la caída del consumo, la inversión y la actividad industrial impactarán negativamente durante 2024.
En contraste, países como Brasil, México y Colombia presentan un mejor panorama, con previsiones de crecimiento sostenido. Para Brasil, el organismo espera un alza del 2,1% este año, mientras que México crecería 2,4% y Colombia 1,1%.
El FMI también advirtió sobre los riesgos que enfrentan las economías emergentes: condiciones financieras aún restrictivas, tensiones geopolíticas y la posibilidad de nuevas disrupciones en las cadenas de suministro globales.
En cuanto a la inflación, el organismo prevé que continúe descendiendo a nivel global, aunque de manera desigual entre países desarrollados y emergentes. Para la Argentina, aunque se espera una baja respecto a 2023, los niveles seguirán siendo de los más altos del mundo.