Cinco gobernadores —Martín Llaryora (Córdoba), Claudio Vidal (Santa Cruz), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy) e Ignacio Torres (Chubut)— anunciaron la creación de un nuevo frente electoral nacional, bautizado como “Un grito federal”, que busca posicionarse por fuera tanto del kirchnerismo como del Gobierno nacional. La iniciativa reflejó una marcada distancia con la administración de Javier Milei, aunque los mandatarios enfatizaron que no buscaban confrontar con la gobernabilidad del país.
Desde la Casa Rosada, las interpretaciones fueron mixtas. Algunos consideran que este universo provincial ya operaba de forma autónoma debido a acuerdos previos y que esta nueva estructura no altera la correlación de fuerzas. “La mayoría de los gobernadores no podía ir ni a Milei ni al kirchnerismo”, señaló un vocero del Ejecutivo.
Las fuentes oficiales descartan que el nuevo frente modifique el escenario electoral nacional. Reconocen que algunos mandatarios defienden su legitimidad local y que sus decisiones obedecen más a estrategias internas que a un enfrentamiento directo con el Gobierno central..
En paralelo, en zonas como la Patagonia, el oficialismo enfrenta reclamos similares. Los gobernadores del sur ya condicionan su apoyo al veto del presidente sobre leyes como las de jubilaciones y discapacidad, y exigen señales firmes como desembolsos adicionales o acuerdos sobre la distribución de impuestos.
Así, aunque la jugada de los mandatarios pueda interpretarse como un desafío, la Casa Rosada apuesta por responder con calma estratégica: minimizar su impacto político y mantener el foco en una narrativa de continuidad y solidez institucional.